Matino

La posición de 4 es la más importante de todo el entramado táctico y la que requiere de un perfil muy concreto de jugador, no sólo a nivel técnico y táctico, sino fundamentalmente mental. El 4 es quién gestiona el tempo general del equipo, el que facilita el oxígeno, la templanza en el juego, el que más definido debe tener ese equilibrio perfecto entre defensa y ataque.

La figura del 4 difiere totalmente con la de centrocampista defensivo o pivote del fútbol actual. Cuando escuchamos hablar sobre esta demarcación, automáticamente uno asocia el perfil al de jugador africano, de color, cuya principal virtud es la de robar balones en el centro del campo.
La clave es el caso contrario. El 4 por excelencia, no destaca principalmente por un físico contundente, ni por correr continuamente entre zonas. Con el 4, el que corre es el balón.
Del primer ejemplo de centrocampista defensivo podemos encontrar innumerables en el fútbol europeo: Makelelé, Lass Diarra, Gattuso, jugadores todo derroche, todo trabajo pero que corren siempre más que el balón.
De 4’s, tenemos a los mejores ejemplos en Pep Guardiola, Frank Rijkaard, o en el caso que nos importa, Francesc Fàbregas.

El 4 es un jugador muy técnico, con un grandioso sentido táctico ( no necesita moverse por todo el campo, sino estar en el momento justo en el lugar adecuado), dotado de un gran pase en corto y en largo y que tiene esa virtud tan necesaria de ver el juego unos segundos por adelantado. Antes de recibir el balón ya sabe donde puede y debe dar el pase correcto. Hablemos del jugador al que nos referiremos en este artículo; Cesc Fàbregas (Arenys de Mar, Barcelona, 4 de mayo de 1987).

El catalán es el motor del Arsenal. A sus 23 años, ya es el capitán de los gunners y uno de los jugadores más valorados del mundo. Un valor del futuro, pero con un impresionante presente.

Cesc participa en la casi totalidad de la jugadas de ataque de su equipo y apenas pierde balones en los 90 minutos de juego, cuando lo hace suele ser lejos de su portería. Todos sus pases están medidos milimetricamente. al pie si el compañero está parado, o ligeramente avanzado si va en carrera. Todas las actuaciones a balón parado de los gunners pasan por sus pies. Es un jugador "todoterreno". Presiona, roba balones, y es objeto de muchas faltas que normalmente acarrean una tarjeta para su rival, desquiciandolos de esa manera. Una de las claves del su fútbol, es el apoyo que ofrece siempre a sus compañeros, ofreciendose siempre y acompañando las jugadas. Hace rutinario lo sencillo y fácil lo que para los demás es complicado, imprescindible para un jugador que actua en la posición de 4 y es raro que se entretenga con el balón y de más toques de los necesarios.
Si no hay opciones, inventa una; si hay varias, escoge la mejor.

Esta temporada, y a pesar de las lesiones, probablemente hemos visto al mejor Cesc. Con la falta arriba de Van Persie, el catalán es el que ha llevado el peso del equipo, una responsabilidad enorme para un jugador de 23 años que parece no pesarle lo más mínimo. El ejemplo más claro lo vimos en el partido que los gunners vencieron por tres goles al Aston Villa del gran Martin O'Neill varios meses atrás. Una pregunta como ¿Qué puedes hacer en 27 minutos? no tendría mayor trascendencia antes del pitido inicial, pero tras ver la actuación de Fàbregas en ese partido, esa pregunta tomó un valor diferente para cualquier aficionado al fútbol, sobremanera a los aficionados gunners. Venía de una lesión y Wenger le dió entrada en el minuto 56 por el brasileño Denílson, y otra vez el francés acertó. El de Arenys de Mar anotó dos goles sensacionales y regaló los tres puntos a su equipo en un partido que se antojaba complicado hasta su salida al campo. Se retiró a 7 minutos del final del encuentro tras lesionarse en la acción del segundo gol y la ovación del Emirates eclipsó todos los ruidos de la capital inglesa. Todo es poco para un jugador como él.